Todos los equipos de las grandes ligas de USA y el mundo, reconocen y premian a sus mejores jugadores, Most Valuable Player (“MVP”). Si en tu empresa existiera el mismo premio, ¿te lo llevarías tú?
Cuando trabajaba en Baker Hostetler LLP, fui parte del Comité Social, cuyo propósito era crear instancias de convivencia entre todos los empleados de la Firma: abogados, procuradores, secretarias, personal de contabilidad, mensajeros, etc. En estas ocasiones, además entregábamos premios e incluso retomamos la formación de un equipo de softball mixto que competía contra los otros grandes estudios de Washington, DC. Sin decirlo a veces, en cada una de estas actividades, todos sabían quién era el MVP, reconocimiento tácito que también se traspasaba a los casos en que trabajábamos. Sin la contribución de estos miembros del equipo, las resultados quizás hubiesen sido otros.
¿Cuál es entonces la actitud o cualidades que se deben poseer para ser el MVP en todo lo que hagas? Hace un tiempo atrás leí un artículo de un autor norteamericano que daba algunos consejos y aclaraba que no se trata de ser el más talentoso, ya que muchas veces esta característica trae más inconvenientes que beneficios.
He aquí algunos de cómo llegar a ser el MVP de tu equipo, aunque no seas el más talentoso:
- Juega hasta que suene el silbato. No puedes salir de la cancha antes que finalice el partido. Aunque estés perdiendo – y especialmente si estás perdiendo – puedes hacer una contribución ganadora. Pero nunca la harás si te rindes antes de tiempo.
- Ejercita buena comunicación. Eso se traduce en claridad, frecuencia y respuesta oportuna. Sé claro, no omitas información, y mantén a todo quien requiera ser informado al tanto y tan frecuentemente como sea necesario.
- Trabaja duro. Para ser más preciso, trabaja más duro de lo que piensas que necesitas. Hacer el mínimo no te hará ganar puntos con las personas que sí hacen un esfuerzo extra. Si tienes más que dar, házlo.
- Comparte lo mejor de ti. Si quieres contribuir al resto de los miembros de tu equipo, no te frenes. Creatividad, talento, aprendizaje, conocimiento, todos ellos pueden hacer la diferencia en el resultado final, por lo tanto, comparte lo mejor de ti.
- Hazte responsable de tus errores. Responsabilidad es la marca de un gran jugador de equipo. Si hay un problema y es tuyo, hazte responsable. El reconocimiento te libera para trabajar en el problema y no perder tiempo en quién lo creó.
- Apoya a otros. El espíritu de equipo es esencial para la victoria y todos son responsables de mejorar la actitud de ser posible. Si ves que otros hacen un buen trabajo, felicítalos en público.
- Sé positivo. Por su naturaleza, el cinismo mata el trabajo en equipo. A diferencia de la crítica constructiva, el cinismo es defensivo y auto referente. Tiene el propósito de proteger al cínico a costa del resto. Una actitud positiva frente a los problemas es la mejor manera de lograr que el equipo supere los problemas.
Michael Jordan ha dicho que el talento gana juegos, pero se requiere del trabajo en equipo para ganar campeonatos.
Puede que no tengas control sobre el nivel de tu talento, pero sí lo tienes sobre tu propio carácter y cómo interactuar con tu equipo de trabajo. Para lograr sus objetivos, un equipo necesita miembros que lo den todo, den lo mejor de sí y jueguen a ganar.
¿Se sienten el MVP de sus equipos?
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